La podemos entender como la virtud propia de una persona activa, trabajadora, que lo lleva a cabo de forma intensa y constante para alcanzar las metas u objetivos que nos hayamos propuesto, no sólo para bien de uno mismo sino para contribución al bien de los demás, con espíritu de servicio, lo que sin duda hará de la laboriosidad un gran valor personal.
Cultivando la virtud de la Laboriosidad el trabajo se convierte en fuerza transformadora y de progreso, y que nos hará hacer las cosas propuestas por Amor, con Fortaleza (venciendo las dificultades o la flojedad para llevar a cabo nuestro trabajo, con Esfuerzo (con perseverancia y sacrificio), con Desprendimiento y Generosidad (con espíritu de servicio a los demás).