Ángel Onafiel
(Fuente: Obra de Miguel Á. López Melgarejo)
¿Se puede confundir serenidad con indiferencia? ¿con despreocupación? Es posible, pero obviamente serenidad como virtud es otra cosa…. Serenidad es una energía de luz que cuando es despertada en el interior del caminante le abre las puertas de la sensatez, de la coherencia en las palabras y en las acciones, de la moderación, de la paciencia y la equidad (libro de Samahel).
La serenidad es saber aceptar las cosas tal como son, y en ese saber estará la sabiduría suficiente para ver cómo cambiarlas si realmente de alguna forma pueden ser cambiadas. La serenidad es quietud de la mente y búsqueda del equilibrio interno (energía de la luz blanca de Miguel) y que a su vez, aunque parezca contradictorio, también nos hace ser determinantes y perseverantes en nuestras acciones y convicciones.
La virtud de la serenidad está muy relacionada con la paciencia, que no debe ser confundida con la pasividad, sino todo lo contrario, la paciencia se complementa muy bien con la virtud de la fortaleza, ya que unidas nos harán “ver” con suficiente claridad los problemas y pruebas de la vida, el dolor y su sufrimiento, haciéndonos fuertes de espíritu para así estar en condiciones de darles solución.
Como se dice en el Libro de Samahel, la serenidad es como “la mar en movimiento” a través de sus apacibles olas.
¿Y qué nos dicen los Ángeles simbólicamente de esta virtud?
Está escrito en el Libro de Samahel y de Tahariel, que a través de las Energías del Ángel Miguel (como regente del Domingo) y del Ángel Planetario Och, regente del Sol, que representa a la “Divinidad” (color amarillo), seremos capaces de impregnarnos de virtudes relacionadas con:
La justicia (tratando de ser justos con decisiones y consejos acertados).
La abundancia y la prosperidad (haciendo que nuestras acciones lleguen a los demás).
La honorabilidad (permitiéndonos que nuestros pensamientos cristalicen en buenas acciones).
Y que junto con la energía del Ángel Onegel (el Ángel de los Fiat, ….del sí quiero) nos hace alcanzar el estado de consciencia (7º estado) de la Vida.
Luz opuesta (negra): SATÁN, que conlleva al caminante a la ira y el deshonor. Satán es, pues, aquella energía tenebrosa, oscura, que inculpa, acusa, difama o es adversa a la luminosidad humana. (Libro de Samahel).
Enlaces:
Ángel Miguel (como regente del Domingo). Libro de Samahel. http://ellibrodesamahel.info/LuzCalendarioI.asp?Busca=Miguel
Ángel Planetario Och. (como regente del Sol). Libro de Samahel. http://ellibrodesamahel.info/LuzCalendarioI.asp?Busca=OCH
Ángel de la Oscuridad, SATÁN. Libro de Samahel. http://ellibrodesamahel.info/LuzCalendarioI.asp?Busca=BELIAL
AURI
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Reflexiones sobre el tema:
De Roxana Poeta
Los seres humanos deberíamos brillar con muchas virtudes, anexarlas a la vida diaria sin volver los pasos atrás. Vale decir, brillar y ya, obvio que cuesta mucho, que si no costara, pues no valdría de nada la reencarnación, vida tras vida, para pulirnos en cada vida y aumentar el alimento para el espíritu en las acciones de vida condimentadas con las virtudes, bueno, eso pienso yo.
Y la serenidad? Vaya virtud para tenerla al día!! Creo que es una virtud base, o sea, si somos serenos, pues en cada cosa que nos pase en la vida, puntual o no, pues serenamente vamos a saber que hacer, sacando fortaleza interna para afrontar las cosas, serenos podemos ser humildes ante actos que nos causen daño sin responder vengativamente, más bien antes que vengarse, pues ser justos. La serenidad bien instalada en el interior nos hace ver más claras las cosas, sean las que sean. Con serenidad podemos perdonar y que nos perdonen por algo sin estar pidiendo o dando justificaciones con tanto bla bla. Con serenidad también podemos amar con ese amor que tanto los ángeles hablan en sus mensajes y en diferentes partes del libro que imagino que si lo repiten más de una vez con distintas palabras pero dando siempre el mismo sentido es porque nos falta un poquitin de ese “amor” de llevar a la practica en la vida. Bueno, ya saben que son opiniones mías, nada más.
Sin duda alguna la serenidad debería estar instalada en cada uno, como si de aire para los pulmones se tratara, serenos nos “moveremos” sin prisas y sin pausas, pero seguros de nuestro caminar en esta vida que pruebas a pasar y superar tenemos a montones.
Aquí en mi tierra hay una frase que dice: “no pienses las cosas en caliente” (enfadado), pensar en caliente o enfadado hace que actuemos sin sentido. Vale decir que la frase, a mi entender, da a pensar que debemos ser serenos para pensar mejor las cosas, captarlas, contemplarlas y luego actuar sin crear malos entendidos.
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