(Fuente: Web de Samahel)
Ángel Místico cuyo nombre se traduce del hebreo como “Luz directa”. Corresponde simbólicamente a LA RUEDA DE LA FORTUNA (la Esfinge) y está intrínsecamente relacionado con el signo de Capricornio. Su Energía es atraída con el azafrán natural quemado como incienso.
Su energía, Oryashar, otorga buen destino, desenlaces positivos, felicidad, fortuna, providencia y ganancias especiales; exorciza las pérdidas insólitas y la inevitabilidad. Es el Ángel del Avance, que vibra en consonancia con el color marrón oscuro.
Si el Ermitaño induce al hombre a la búsqueda solitaria, este Arcano de la Rueda de la Fortuna, nos vuelve a sumergir en el mundo y sus pruebas, en el ciclo de las fluctuaciones: felicidad-infelicidad, ascensión-descenso, fortuna-infortunio, alegría-tristeza, etc.
Se le relaciona con Zeus e Indra, con la encina, el álamo, la higuera, la piedra amatista y-o el lapislázuli. Los animales que en ella aparecen representan a: Hermanubis el genio del bien y Tifón, Set, el llamado genio del mal indicando el camino para salirte del ciclo temporal de las cosas, es como un mándala que nos remite al centro, a lo que está mas allá del éxito o del fracaso, a la permanente, insondable, vacío, a nuestra esencia incorruptible e incontaminada.
En el plano espiritual, este arcano muestra el cierre de una etapa, de un ciclo y a la vez la apertura de otro, puesto que la energía evoluciona con fluidez y va transformándose con el tiempo. A nivel psíquico indica proceso de apertura, producción efectiva con el paso del tiempo.
A nivel práctico expresa evolución favorable de asuntos pendientes, así como un golpe de fortuna, una inversión o especulación positiva. Un ciclo se termina y aparece otro ascendente. Cuando sale en primer lugar es indicio de que lo que andaba mal, tiende a mejorar y-o a solucionarse, y si en la tirada está en el 2º grupo de 7, nos habla de la dificultad del consultante a dejar de girar una y otra vez sobre el mismo tema.
Su relación con la letra hebrea CAF (la mano abierta), nos dice simbólicamente que “todo está en nuestras manos” Aparece en el sendero que une a Jesed (misericordia) con Netzah (victoria) y sus atribuciones son Inteligencia conciliadora y Victoria de la Misericordia.
Este Arcano está relacionado con la Casa 10 del horóscopo, conectada con el estado de la mente, de nuestra posición en sociedad, en la profesión, en las actividades sociales en las que nos movemos y en la reputación adquirida.
Rige esta casa Saturno, “el supervisor exigente”. La significación cósmica de la Rueda se expresa ya desde los textos védicos y su rotación permanente significa RENOVACIÓN.
(Fuente: Purín Haro i Rodrigo de F)
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