(Fuente: Web de Samahel)
Ángel Místico, cuya energía Maborak representa los símbolos de LA MUERTE (El Cambio). Su nombre proviene del hebreo y significa; “Alabado”. Este Mensajero – relacionado por demás con el planeta Saturno – exorciza rápidamente a quien sabe invocarlo, el fracaso, los cambios negativos, la melancolía, la pérdida de ingresos o inseguridad financiera y la enfermedad. Su Energía atrae la habilidad, paciencia, tranquilidad y paz.
Es el Ángel de los Cambios Positivos, que es atraído con la mezcla de benjuí y tallos de geranio pulverizados y quemados como incienso. Vibra afín con el color ocre o marrón claro.
Estamos ante una carta sin nombre aunque se le conoce como “El Señor de los Portales de la Muerte”” ó “El niño de los grandes transformadores”. Está relacionada con la letra NUN de la Kabalah, y con sus símbolos: el pez, la regeneración, el agua, el sentimiento y la personalidad; con el signo de Escorpio, el color azul verdoso, el mes de Noviembre y la piedra Amonita.
Si miramos esta carta en planos diferentes, observamos que en lo espiritual nos indica un corte radical, un cambio fundamental de actitud, un renacimiento porque nos hemos liberado de ataduras. Ya no caminamos ni actuamos con las mismas” herramientas”.
En el plano psíquico, muy similar al anterior, despojamiento de máscaras y-o agresividad, muerte a una condición anterior y nacimiento a otra nueva.
En el plano práctico, fin de un asunto, separación, corte y a veces enfermedad grave que puede desembocar en muerte, pero no como norma, ni como interpretación fija.
En general, esta carta cuando aparece, sobre todo al principio de una tirada, nos habla del sentido iniciático de renovación, renacimiento y condiciones de progreso en la vida, romper viejas costumbres, encontrarte con nuevas oportunidades para cambiar tu esquema de vida.
La doctrina cósmica nos habla con frecuencia de siete muertes:
1. Aquélla en la que se unen dos fuerzas para lograr una unidad, p.ej. en el Árbol de la Vida. Severidad y Misericordia dan vida a Netzha la victoria. Si se separan nacen de nuevo en un plano superior.
2. La muerte a la vida en sí, del paso de un estado a otro para continuar nuestra evolución.
3. La muerte del cuerpo, desaparición necesaria que permite al alma reflexionar sobre sus experiencias y volver de nuevo sin las limitaciones de la vida anterior.
4. Al dormir se le considera una muerte menor, y en ese momento podemos conectar con los altos astrales, con lo que se llama “el rostro del padre” y así recibir mensajes para mejorar nuestra vida actual , pero cuidado si te conectas con los bajos astrales y dejas tu personalidad e individualidad sin evolucionar. Es por eso que es tan importante a cualquier iniciado, que ha comenzado un camino de compromiso personal para su mejora, revisar los acontecimientos del día rectificando patrones de conducta y observando aquello que podía haber mejorado, y enmendarlo.
5. La muerte de la personalidad que arde con los deseos de la materia. De ahí la importancia de tus deseos porque de ellos recogeremos frutos.
6. Aquel momento en que meditamos y entramos en otro estado de conciencia y bajamos a niveles profundos.
7. La iluminación, que nos hace pasar por la “puerta estrecha” para encontrarnos con el Reino.
En latín se dice “”MORS JANUA VITAE” que significa la muerte puerta de la vida, portal por el que pasa el iniciado que comprende que el profano ha de “morir” para renacer a una vida superior.
(Fuente: Purin Haro i Rodrigo de Fortea)
Debe estar conectado para enviar un comentario.